Escribo desde el límite de lo que deseo conocer, cruzar la delicada línea rompería en pedazos cualquier cosa de la que me creo segura, no he venido a destrozar esquemas, prefiero estrenos en serie, demasiadas horas en vela sin vislumbrar un fin del todo seguro.
Miedo escénico mientras corro por el bar de la memoria, continuar fingiendo la habilidad de evitar, vapor de la noche liada en cualquier alma un poco fuera de lo común, no tener posibilidad de observar unos ojos que merezcan ser devorados, desaprovechando cualquier oportunidad de sonreír sin cianuro de por medio.
Histerismos de un guión estropeado por un mal director, de melena oscura, tiene toda la pinta de querer partir en dos cualquier proposición no indecente que se le ofrezca. Es mejor dejarse llevar, con la espalda estropeada del peso de un pasado que solo quiere matar nuestro futuro.
Congelamos la importancia de la mentira sin acaparar nada más, y desde el más angustioso caos, que solo mostramos cuando estamos solos en la esquina de nuestra habitación oculta, nos susurramos que todo va bien, aunque con orgullo diré, que no tenemos ni puta idea.
Portishead - Machine Gun.
No hay comentarios:
Publicar un comentario