Mi paso se acelera exponencialmente, mi corazón bombea agujas al ritmo de mis frenéticos pasos mientras que respiro tus últimas palabras. No espiro, solo expiro por cada sílaba de tu maldita parrafada, se me queda dentro, me revienta el pecho mientras que lo dejo todo pringado. Es como un pequeño CRACK que me hace ensordecer en el estrecho callejón.
Me dijiste una vez que parecía de mentira, que no podía ser real, no era ningún piropo, más bien fue una afirmación agresiva, casi como un escupitajo. A las chicas que conozco nunca les han dicho semejante idiotez, podrías ser al menos más considerado, a veces parece que piensas que yo no lloro, o que si lo hago no deja rastro.
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