domingo, 11 de diciembre de 2011

Cuando llueve me quedo bloqueada, callada. Sólo escucho música algo triste, algo que vaya con el tiempo. Me gusta cuando llueve, suele darme ganas de no comer y taparme entre las mantas de la indiferencia, el pelo alborotado, calcetines de los gordos.

Ahora me suelo aburrir mucho, nada me interesa demasiado como para ocuparme de hacerlo, nada me llena, nada me supone un acierto o un fallo, se me acabó el interés por mantenerme atenta a lo que me rodea, siempre me supuso un esfuerzo, ahora ya no sostengo esa carga, sinceramente todo me da igual... y es que mientras que todo se moja, mi corazón arde.

Lluvia que golpea el cristal.

1 comentario:

Ajel Carreño dijo...

La lluvia, fuente inspiradora a cada gota.

Magustao.