lunes, 22 de agosto de 2011

Día de reflexión, dolor de cabezacorazóncuerpo y reconstrucciones de una noche para olvidar pero que siempre se recordará. Noches que parece que no acaban, que siempre dejan una sonrisa, un número de teléfono, arrepentimiento con muchos litros de agua y la estúpida sensación de saber que cada vez te estás perdiendo más, cosa que parecía imposible... y ¡ah! vino, mucho vino que ayuda siempre al desastre de habitaciones indescifrables y duchas que parecen lagos.

Ante todo serenidad, aclarar-se, no asustar ni asustarse, se necesita un equilibrio pero parece que nunca estamos preparados para la calma. Me canso pero me lo tomo con "filosofía" o como quieras llamarlo, solo intento avanzar de la manera más sencilla posible, intento no mirar atrás para no tropezar. 

¡Y harta de estar mal cosia! Todo el mundo merece avanzar, solo se necesita mucha disciplina y esos ¡bu! que hagan que el corazón estalle en mil malditos pedazos, que como hace escasos diez minutos me ha dicho un gran J que cuando menos te lo esperas vienen unos ojos que te matan con la mirada, que te cosen solo con mirarte y entonces los mal cosidos sobran porque hay suficientes retales para taparlos con besos.

Baja en defensas admito, con cierto rubor y un ruido extraño en mi cabeza... que esta actualización la he escrito llorando, hacía demasiado tiempo que no lo hacía.

Benito Kamelas - Aquellas cosas que solíamos hacer. (Interesante concierto)

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