Nadie se imaginaba que pudiéramos sobrevivir al pasado verano, pero todos se han equivocado. Cadáveres y alguna que otra costilla se quedaron por el camino, nos dejamos las entrañas entre varios vasos de cubata y siempre hay alguna que otra pestaña molestando en los ojos recién maquillados.
Estamos de nuevo aquí, y no puedo creer que no me sienta bien después de todo lo que ha ocurrido, pero me faltan motivos, luego pienso que no merece la pena exigirlos, supongo que forma parte del todo. Respirar con profundidad sigue siendo el reto, y ¿Quién cojones puede hacerlo aquí en este asadero?
No espero nada, solo no tocar fondo. Y joder, si lo toco, espero que sea el maldito impulso, ¿no?