Cuando respiro me duele el estómago, mi reflejo en el espejo siempre está distorsionado, mis ojos nunca están del todo abiertos y no respeto del todo la armonía de lo correcto. Consigo sosegarme al poco tiempo, con grados de todos los sabores, con besos perros, con las medias rotas, pero siempre me vuelvo a borrar, a fatigar. Me suplico a mí misma que quiero olvidarme, que necesito olvidarme pero siempre desobedezco a la marcada línea que separa el equilibro del caos, siempre bailando en medio, jugando más bien, siempre mintiéndome.
Reconozco mi osadía, mi problema a la hora de no saber cómo negarme, mis ganas de no aprender jamás a hacerlo, me quemo y me mantengo helada, imperturbable. Soy débil, hablo para que no sepan de mí, huyo de todo lo que tenga que ver con la entrega de mi persona, mi vacío es infinito, mi conciencia está rota, se la vendí barata a la noche en una juerga de las que dejan cicatrices que nadie puede ver, yo solo noto que tiran pero no les hago caso, sigo rompiendo, sigo volando para que solo me pueda tocar el viento. Me quedo en el susurro y el pestañeo de una vida, en el chasqueo de una lengua y en el recuerdo azul de una mañana horripilante.
Cuando me muerden no sangro, me rio y devuelvo el bocado, soy de mentira y creo que eso me hace carecer de encanto. Solo me aburro, pataleo y no me tomo nada en serio, o al menos lo intento con los flashes de la noche también loca. Disfruto evitando, no lo puedo remediar, es defecto de fábrica, No soy especial, solo que no puedo pararme a actuar de una manera supuestamente correcta, aunque lo intento mi sangre está envenenada y solo puedo dejarme llevar hacia donde nadie debería llegar.
Escalofrío del recuerdocasipresente: http://www.youtube.com/watch?v=w-elbv8ukzk
