viernes, 18 de noviembre de 2011

Anoche me acosté en mi cama to ciega, como suele ocurrir desde hace un poco (mucho) de tiempo. Los minutoshoras antes de conseguir hundirme cien por cien en el sueño "reparador" de la madrugada mi cerebro decidió pensar en una gilipollez bastante grande que intentaré transcribir con un acierto un tanto dudoso.

¿Nunca os habéis reído de alguien que dormía a vuestro lado? Por ejemplo, ¿En una fiesta? Cuando el primer pringado cae rendido sobre el colchón en el suelo y todos lo miran, burlándose de como mueve la boca o de la polla que le acaban de dibujar en la frente. Con esto me refiero al hecho de que siempre atacamos a los más indefensos, por así decirlo.

Es más fácil reírse de alguien que sabes que no "está a tu altura", como el chico retraído de la clase, que siempre será más vulnerable a la burla que el que juega de puta madre al fútbol. Nos gusta herir, lo llevamos por dentro, los comentarios bordes, las críticas a cuchillada oxidada, las miradas de lija y la envidia del que no sabe ser feliz son herramientas que todos albergamos en nuestro interior.

Es más fácil ser malo, atrevernos a ser dulces sería demasiado complicado para nuestras simples cabezotas y ante todo esto que me explotó en la almohada a las cuatro de la madrugada, resultó ser incluso revelador, no sabría escribirlo, no podría detallarlo con la plenitud que lo siento, quizás todo el mundo esté de acuerdo, que sea una mera mención a algo totalmente comprendido, pero es que para mí resultó sorprendente.

Somos material inflamable supongo. No rayo más, no es mi día.

Purity Ring - Lofticries.

lunes, 14 de noviembre de 2011


Parte inacabada de lo interminable. Adelante.

Pendulum - Sounds Of Life.

Escapo de esa maldita marea, escapo gimoteando, atolondrada. ¿Dónde está? Respiro con dificultad mirando hacia todos lados. Lo he vuelto a perder. ¿Otra vez? Respiro más pausadamente. Me muerdo el labio inferior bajándome la falda. La música no me deja concentrarme. Sonrío. No camino bien, lo sé. Sonrío aún más.

 

Saco mi paquete de cigarrillos. Busco el mechero con dificultad, con el maldito cigarro en la boca. Alguien me toca con delicadeza la cadera.

 

Se para, todo a mi alrededor da un vuelco tormentoso, mis huesos se quejan y gritan, yo no puedo mantenerme en pie, yo no puedo parpadear… Salgo de mí y.


Tv on the Radio - DLZ

Me paralizo, él me paraliza y no puedo hacer nada. Sonríe con esa boca tenebrosa, deseable, perdidamente culpable. Me ofrece el mechero con soberbia. Yo aspiro del maldito cigarrillo sin apartar mi mirada de sus enormes ojos claros. Me asusta.

Me dice algo, no lo comprendo, ni siquiera doy señales de estar consciente. Su mano se posa sobre mi hombro y el frío recorre mi espalda como una cuchilla cortante. Me mojo los labios y vuelvo a fumar. Le gusto, le gusta como muevo mi boca y me vuelve a sonreír. Me acerco a él por arte de magia. Le toco la camiseta negra, caliente. Trago saliva y su cuerpo se acerca al mío.
 
Mi corazón frenético bombea paranoia a mi cerebro.