La rapidez de los días llega a ser casi seductora, aunque solo podemos apreciarlo unos pocos, los que no entendemos de etapas o de los trámites del tiempo.
Hacer un recorrido de nuestra vida, nuestros lugares, y no poder sacar una conclusión del todo acertada, podría llamarse desventaja, pero sinceramente creo que esa pequeña ignorancia, llamémoslo defecto, hace que seamos un poco menos fatalistas o mucho menos reservados, no podemos recordar el error del pasado devuelto a un presente, solo podemos almacenar el dolor de cada golpe recibido.
Nuestra amnesia nos hace libres a la vez que tormentosos, un poco dudosos, no raros. El rencor no existe en nuestro vocabulario, un pequeño pitido en el oído es lo que nos trae la imagen, como un aviso, una llamada para que no continuemos, el tropiezo con la misma piedra para ser más claros.
¿Qué nos quedaría sin equivocaciones? No cambiaríamos cicatrices por días mejores, al menos es lo que hace divertida nuestra locura, continuar, sin remitirnos a un pasado en nuestros actos, y poco a poco, perdernos, deshacernos en lo inexplicable, y es que todo se acaba, y eso es lo que lo hace aún mejor.
Lykke Li - Possibility.